martes, 12 de julio de 2016

Siete días...una vida


Inicialmente esta carta iba a ser en respuesta a un arrebato amoroso de un día cualquiera. Pero cuando me puse a pensarlo, me di cuenta de que solo quedaba un día para la llegada de ‘el día’… y pensé que era la oportunidad perfecta para aunar ese momento y convertir lo que sería una carta más, en una carta especial.

Pero el caso es que llegado el momento, mis dedos rozan las teclas y no sé por dónde empezar. Por un ‘me gustas’, un ‘te quiero’…no. Esto es mucho más que eso. Puede que un ‘gracias’…pero tampoco me llena y tampoco llena este texto en el  que pretendo expresar algo más que un cúmulo de letras formando frases típicas y monótonas. Pero, ¿cómo decirte lo que ya te he dicho una y mil veces? ¿Cómo expresarte de un modo único, este sentimiento cargado de emociones que ni todos los idiomas del mundo unidos, podría explicarte?
Quizá lo que debería hacer, es decirte las cosas tal como empezó todo, ordenadamente. Pero cómo mantener un orden si en mi mente pululan airadamente todas esas emociones incontroladas.
Como el descontrol al sentir que me estaba enamorando, y cómo luchaba contra ese sentimiento en un afán de no volver sufrir el desengaño si algo no iba bien. Y las reiteradas advertencias de mis amigos ante la imagen de don Juan que parecía definirte y cómo quería creer todo eso para no dejarme llevar por lo que mi corazón empezaba a gritarme. “¡No Marta!” Me decía a mí misma. “No puede ser que caigas en esto, esa persona no es para ti, ¿no lo ves?”
Y utilizar cada acto extraño que creía ver en ti para justificar que no podríamos congeniar.
Es tan real que a menudo la persona con la que menos esperas compatibilizar es la persona que más feliz te puede hacer. Y así ha sido contigo, y así está siendo.
Y el tiempo pasa, pasa lento y rápido al mismo tiempo. Rápido por la sensación de haber vivido tanto contigo y que el conocimiento de ti me lleva a pensar que llevamos años y lento porque en realidad es como si cada mes se resumiera en un día. Siete indescriptibles, inigualables e inolvidables días a tu lado. ¿Y ahora qué? Ya hemos agotado la semana… ¿te apetece empezar una nueva etapa?
Durante estos 7 días hemos pasado muchas cosas, nos ha dado tiempo a hablar, perdernos, correr, viajar, y hasta discutir… Y de esto solo he sacado una conclusión, que mínimo quiero otros 7 días más. Y a ser posible, otras tantas semanas, otros tantos meses… hasta convertirlos en años.
Porque con cada tribulación he comprendido la realidad, y es que te quiero en mi vida. Porque al margen de las diversas opiniones sobre la ‘media naranja’, ‘la otra mitad’, etc… yo tengo más que claro que tú eres ese complemento a mi vida. Eres la parte que me faltaba y la parte con la que quiero compartir el resto de ella.
No tengo idea o plan en mi cabeza en que no aparezca tu nombre. No tengo una imagen de mi futuro en que no vea tu rostro, tus ojos mirándome con ternura, tus labios transformándose en una sonrisa que ilumina tu mirada.
No puedo imaginar la carita de mis hijos sin un rasgo tuyo. Ni si quiera puedo imaginarme ya de viejita sin ti caminando a mi lado, de mi mano, aunque en la otra ambos llevemos garrota. Quiero que después de días, meses y años…pueda mirarte a los ojos y sentir esa mariposita revolotear como el primer día (aunque ella también vaya con sus prótesis en las alitas). Quiero que a pesar de la edad y las etapas de la vida, sigamos teniendo nuestro lenguaje especial para comunicarnos, porque eso es algo tan nuestro que no puede perderse nunca.
Pero sobre todo, quiero que cada vez que pronunciemos esas 8 letras, o esas 5...nos inunde la misma emoción de ese preciso instante en que nos dimos cuenta de que esas letras definirían nuestra existencia juntos.

 

Ordenadamente... (Risas internas), eso pretendía. Cuando el único orden existente es el de mi corazón cuando camina junto al tuyo. Cuando el verdadero orden en mi vida se instaló al abrirte la puerta de mi alma.
Ahora, después de este tiempo, leo el inicio de todo, y releo cada una de tus frases y promesas que a día de hoy no han fallado. Releo ese 'bloqueo' del que te hiciste esclavo cuando tenías la batalla ganada desde que decidiste conquistarme con tu más puro ser. Con esa naturalidad que sí que te definió en esas primeras palabras que me dedicaste sin pretenderlo. Esas palabras que ya no necesito leer porque ya están grabadas con tinta imborrable en mi memoria. Esa primera 'toma de contacto' que fue el prólogo de esta historia que estamos construyendo y de la que pretendo crear un best seller.
Si, comienzo diciendo que no sé por dónde empezar y finalmente debo encadenar mis dedos para que dejen de escribir los pensamientos y sentimientos que he dejado fluir para acercarme al máximo posible a expresarte como me siento. Como ves, al final siempre tengo que frenarme, porque como ya objeté, definir todo lo que siento, es imposible.

Justamente ayer, te dije que creía no estar agradeciéndote lo suficiente todo lo que haces por mí. Y no solo lo sigo pensando, sino que ni con el libro de nuestra historia, sería capaz de hacer justicia. Seguramente porque gastaría solo un volumen para el apartado de ‘Agradecimientos’. Por ahora, solo me queda demostrarte en hechos, todo esto que pretendo justificar en palabras. Y espero que al menos, la intensidad con la que lo vivo, sea capaz de hacerte partícipe de ese pequeño ápice, de un mundo de emociones que pretendo llenar con el resto de mi vida.

1 comentario:

  1. Después de leer esto, solo puedo tener claro una cosa: bendita la suerte que debe tener esa persona de haber pasado 7 "días" contigo. Si por mi fuera, declararía la semanas de 70 días en vez de 7, para poder pasar más tiempo de mi vida contigo.

    Y felicidades por tu felicidad :)

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